miércoles, 17 de noviembre de 2010

Actitud Creativa - Encuentra tu corcho!!!!

La Actitud Creativa te permite terminar de una vez por todas con las lamentaciones y las escusas.

Hace poco leí un artículo que decía "Tener una actitud positiva aumenta tremendamente tu creatividad. Es cierto. Fíjate en la gente más creativa que conozcas: ¿son de ese tipo de personas que están sonriendo todo el día o de esas personas que se quejan todo el tiempo? ¿Afrontan los problemas o prefieren evitarlos? La actitud positiva te brinda una visión más amplia de las circunstancias.
Lo contrario, una actitud negativa frente a las circunstancias hace que veas todo mas grande, mas difícil, como si se tratara de una carrera maratónica imposible de ganar. Esto actúa directamente sobre tu cerebro, y por ende sobre tu comportamiento. Hace que rindas menos, que pienses en las soluciones fáciles y abandones caminos no tradicionales que comúnmente brindan las ideas más creativas.
No es un problema, es un desafío. No es un suceso inesperado, es una oportunidad que se te abre. No es que no lo puedes cambiar, no lo puedes cambiar ahora, en este preciso momento. No es un fracaso, es un fallo, y eso quiere decir que estas más cerca del acierto. Nadie lo ha intentado mil veces y no lo ha conseguido.

La creatividad despierta el poder que duerme dentro de nuestra imaginación; es osadía, aventura para descubrir y aprender de los cambios; es la RESPUESTA HÁBIL, acción inteligente que nos permite superar conflictos con la riqueza de alternativas que nos ofrece cada situación.

Os contaré una historia extraída del libro "Cuentos para regalar a personas inteligentes" de Enrique Mariscal:

"Hace años, un supervisor visitó una escuela primaria. En su recorrido observó algo que le llamó poderosamente la atención: una maestra estaba atrincherada detrás de su escritorio, los alumnos estaban provocando un gran desorden; el cuadro era caótico.

Decidió presentarse:
  • Permiso, soy el supervisor de turno, ¿algún problema?
  • Estoy abrumada señor, no sé qué hacer con estos chicos. No tengo láminas, el ministerio no me manda material didáctico, no tengo nada nuevo que mostrarles ni qué decirles....
El supervisor, que era docente de vocación, vio un corcho en el desordenado escritorio. Lo cogió y con aplomo sugirió a los chicos:
  • ¿Qué es esto?
  • Un corcho señor... gritaron los alumnos sorprendidos.
  • Bien, ¿de dónde sale el corcho?
  • De la botella señor... lo coloca una máquina...., del alcornoque..., de un árbol..., de la madera..., respondían animadamente los niños.
  • ¿Y qué se puede hacer con la madera? ... continuaba entusiasmado el docente.
  • Sillas..., una mesa..., un barco...
  • Bien, tenemos un barco ¿quién lo dibuja? ¿quién hace un mapa en la pizarra y coloca el puerto más cercano para nuestro barquito?. Escriban a qué provincia Argentina pertenece. ¿Y cuál es el otro puerto más cercano? ¿A qué país corresponde? ¿Qué poeta conocen que naciera allí? ¿Qué produce esta región? ¿Alguien recuerda una canción de este lugar?.
Y comenzó una tarea de geografía, de historia, de música, economía, literatura, religión, etc.
La maestra estaba impresionada. Al terminar la clase dijo conmovida:
  • Señor, nunca olvidaré lo que me enseño hoy. Muchas gracias.
Paso el tiempo. El supervisor volvió a la escuela y buscó a la maestra. Estaba acurrucada detrás de su escritorio, los alumnos estaban otra vez en total desorden....
  • Señorita, ¿cómo está? ¿no se acuerda de mí?
  • Si señor, ¡cómo olvidarme! Qué suerte que haya regresado. No encuentro el corcho ¿dónde lo dejó?.

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